Versos de Oro de Pitágoras*

Preparación

Debes dar sacrificio perfecto a los Dioses Inmortales*, es decir, mantener tu fe, venerar a los grandes héroes y estar en armonía con el mundo que te rodea.

Purificación

Respeta a tu madre, tu padre y también a tus prójimos.

Elige para ti un amigo verdaderamente sabio, escucha sus consejos y sigue su ejemplo; no te enemistes con él por razones insignificantes.

Acuérdate de la ley de causa y efecto en tu vida.

Está dada a ti la posibilidad de superar tus pasiones. ¡Así que, reprime en ti mismo con un gran esfuerzo la codicia, la pereza, las pasiones sexuales y el enojo irrazonable!

Sea que estés solo o con personas, ten miedo de hacer algo malo. ¡Guarda tu honor!

Sé siempre justo en tus palabras y actos; sigue a las exigencias de la razón y de la ley.

No olvides que el destino inevitable lleva a todas las personas a la muerte.

Acuérdate que los bienes terrenales se dan fácilmente a las personas y de la misma manera se quitan fácilmente.

En cuanto a los infortunios, que vienen a las personas según sus destinos, debes soportarlos con paciencia dócil. Pero esfuérzate por aliviar el dolor en lo posible. Y recuerda que los Dioses Inmortales no dan a las personas pruebas que sean superiores a sus fuerzas.

Las personas tienen muchas posibilidades para elegir, entre éstas, las buenas y malas. Por eso, hay que mirarlas atentamente para escoger el camino digno para uno mismo.

Si el error entre las personas prevalece sobre la verdad, el sabio se aparta y espera hasta que la verdad reine de nuevo.

Escucha atentamente lo que voy a decir y guárdalo en la memoria:

¡Que no te turben los actos y pensamientos de otras personas, que no te induzcan a las palabras dañinas y hechos!

¡Escucha los consejos de los demás y reflexiona tú mismo incesantemente! ¡Pues, sólo un tonto actúa sin pensar con antelación!

Hazlo sólo lo que no te sume después en la aflicción y no cause remordimientos de la conciencia.

¡No oses a empezar en seguida el trabajo que no sabes como hacer, sino apréndelo primero! ¡Sólo así lograrás el éxito!

No debes extenuar tu cuerpo, al contrario trata de dar a éste la comida, la bebida y el ejercicio con medida, para que se fortalezca sin saber de los excesos y la pereza.

Mantén, en lo posible, orden en tu vida. ¡Echa fuera el lujo en todo! Pues, éste provoca la envidia en los demás.

¡Ten miedo de ser avaro!

¡Ten miedo también de malversar los bienes como los holgazanes lo hacen!

¡Hazlo sólo aquello que no te arruina ni ahora ni en el futuro! Por consiguiente, premedita antes cada paso y acto.

Perfección

Que no llegue el sueño a tus ojos cansados, antes de que acordares tres veces tus hechos del día. Como un juez imparcial considéralos preguntándote a ti mismo: «¿Qué bueno he hecho? ¿Qué no he cumplido de lo que debería haber cumplido?». Así revisa en orden todo lo que has hecho durante el día. ¡Repróchate severamente por todo lo que fue hecho mal! ¡Y alégrate por el bien que has hecho y por los éxitos!

¡Usa esta instrucción, reflexiona sobre ésta y trata de seguirla siempre! ¡Pues, Mis consejos te acercarán a la Perfección! ¡Y que sea el garante de esta verdad Él Que puso en nosotros la prenda de la Esencia Divina y de la virtud suprema!

¡Poniendo manos a la obra, dirígete primero a los Dioses con la petición sincera, para que con Su ayuda puedas terminar la obra!

Y cuando te fortalezcas en este camino, sabrás todo sobre los Dioses Inmortales y también sobre las personas, sobre la diferencia entre ellas, sobre El Que contiene a ellas en Sí Mismo siendo su Fundación y también sabrás que el universo entero es Uno Solo y que en lo Eterno no hay sustancia muerta.

¡Al conocer esto, no vas a equivocarte más, pues todo será revelado a ti!

¡Sabrás también que las personas mismas provocan las desgracias para sí por su ignorancia! ¡Y sabrás que eligen libremente sus destinos!

¡Ay de ellas! ¡En su ceguera loca no ven que la felicidad deseada está en su propia profundidad!

¡Hay muy pocos entre nosotros que pueden con sus propios esfuerzos arrojar de sí mismos la aflicción, pues la mayoría de las personas es ciega en entender la ley de la formación de sus destinos! Como ruedas ellas descienden de las montañas llevando la carga del daño que han hecho y de las riñas pasadas, la carga que rige invisiblemente sus destinos hasta la muerte.

En lugar de buscar una riña, las personas deben, cuando sea posible, evitarla cediendo sin disputa.

O Zeus omnipotente, ¿sólo Tú tienes fuerza para liberar a los nacidos de las aflicciones mostrándoles esta oscuridad de la ignorancia que ciega sus ojos?

No obstante, no hay que perder la esperanza para la salvación de las personas de esta oscuridad, pues cada humano tiene la Raíz Divina, y la naturaleza está lista para revelarle los misterios de la existencia. ¡Si tú también penetras en éstos, se cumplirá lo que estoy predicando a ti!

¡Así que, sana el alma! ¡Esto te revela el camino hacia la Liberación!

¡Y abstente de comer carne: esto es contra tu naturaleza y te impedirá tu purificación!

¡Así que, si quieres librarte de las cadenas terrenales, sigue a esta comprensión superior dada a ti! ¡Que ésta rija tu destino!

¡Y después de transformar completamente el alma, podrás llegar a ser un Dios Inmortal, que aplasta con el pie la muerte!


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